Click to go to Synergy Web Site

Saturday, December 13, 2008

Confección empresarial

Por Marian Díaz / mdiaz1@elnuevodia.com

Todo comenzó con una receta de galletas artesanales que la biotecnóloga Carla Suárez recibió como regalo de sus padres un Día de Reyes.

Las confeccionó su progenitora y el empaque y la etiqueta los diseñó su papá, quien le puso el nombre de AnQui Fine Cookies. Eran de avellana y a la familia le gustaron tanto que a Carla se le ocurrió la idea de venderlas al público en general.

“Dije: esto tiene futuro y le propuse a mi esposo comenzar a mercadearlas”, contó Suárez a Negocios.

De inmediato, ella y su esposo José Manuel Morales, ingeniero mecánico, pusieron manos a la obra. La primera fase fue la investigación y desarrollo, y duró dos años, ya que ambos trabajaban en aquel momento a tiempo completo en el sector privado.

“Con el conocimiento de los miembros de la familia en ciencias y matemáticas, empezamos a desarrollar el negocio”. Otros parientes se unieron para aportar sus habilidades culinarias y la experiencia en el diseño gráfico.

Evaluaron suplidores, probaron recetas y analizaron las necesidades del mercado. Uno de los retos que tenían era cómo adaptar las recetas caseras a un nivel de producción mayor.
“Teníamos que evaluar el porcentaje de proteína que le echaríamos a la harina para mantener la textura y el porcentaje de grasa para poder calcular la cantidad de vitamina E que tendría la mezcla”, dijo Suárez, quien tiene una maestría en ingeniería química.

El capital para arrancar
Para comenzar la pequeña empresa familiar, el matrimonio hizo un préstamo personal de $60,000, dinero que unió a los ahorros familiares. Para evitar endeudarse demasiado, “hemos usado y explotado los recursos de la familia”, manifestó Carla. Su hermano René Juan, quien es ingeniero ambiental, aporta también sus conocimientos al negocio.

Durante los primeros meses de investigación, “regalamos muchas galletitas entre las amistades, los compañeros de trabajo y le pedíamos a todos que nos dieran su opinión”, explicó la entrevistada.

AnQui -el nombre surge de la unión del de sus hijos Andrea y Quique- son galletas naturales artesanales que no contienen preservativos artificiales, son bajas en sodio y no tiene colorantes ni sabores artificiales. La vitamina E sirve de preservativo natural, explicó la ingeniera. La empresa enfatiza en dos atributos del producto: calidad y nutrición.

En enero de este año las galletas AnQui salieron al mercado. Originalmente, el producto se lanzó en el área oeste, en la cadena de supermercados Mr. Special y en tiendas especializadas en productos de confitería como E. Franco & Co. -la del famoso brazo gitano-, ya que sus dueños son de Mayagüez.

“Empezamos con un empaque más tipo regalito, tipo corporativo. Era una caja blanca, sencilla, con una cinta roja satinada”, señaló Carla. Pero ese empaque era costoso y encarecía el producto.
“Evaluamos el mercado y nos percatamos de que el consumidor buscaba un precio más asequible”. La empresa actuó con agilidad, y en pocos meses diseñó un nuevo empaque, mucho más llamativo que el primero.

En octubre pasado salió la colección gourmet con una variedad de cinco sabores: avellana, chocolate, frutas, limón con semillas de ajonjolí y jengibre. En la actualidad, las AnQui se consiguen en los supermercados Grande, Pueblo, Mr. Special y SuperMax, así como en la Bodega de Méndez, en tiendas de productos naturales y en “gourmet shops”.

La próxima fase es entrar en las cadenas de descuento. De hecho, ya están en conversaciones con Wal-Mart y Walgreens. Además, dentro del plan del negocio está desarrollar la empresa para el mercado internacional.

AnQui es una empresa amigable con el ambiente. Su empaque está hecho de material reciclable y la tinta es de soya. En estos momentos, René Juan evalúa si la bolsita de adentro puede ser de material biodegradable, indicó su hermana.

Y como la innovación es otro de los pilares de este negocio familiar, sus dueños trabajan en el lanzamiento de una colección de galletas para niños. “Andrea entra a la escuelita y queremos desarrollar un producto natural, diseñado para niñas y niños, para incluirlo en las loncheras”, adelantó la empresaria.

“Uno de mis objetivos es desarrollar en grande nuestra empresa, generar empleos y llegar al mercado internacional”, expresó con entusiasmo la entrevistada, quien terminó renunciando a su empleo en una farmacéutica para dedicarle toda su energía a su empresa familiar.

No comments: